USA Bizarra (2): Where is the Mercadona, please?

Hoy pretendo adentrarme en la fascinante vida del superviviente: un superviviente made in América es aquel que abre el frigo y no tiene hamburguesas a mano ¡terrible! Pero la solución siempre esta cerca, porque ese pobre tipo no tendrá otra que ir al... Supermarket!!!


Sí, amigos. Ante la desgracia de abrir el frigo y encontrar menos que en el cerebro de Marujita Díaz, hay que tomar una drástica decisión: ir a comprar. Todo el mundo encuentra aburrido ir de compras a un supermercado. La razón es que no te puedes tirar un rato "probándote" los cereales delante de un espejo y luego decidir no llevártelos. Eso allí no esta bien visto. Allí hay que mojarse y llenar un carrito, y si vas con un niño pequeño y lo sientas dentro, conseguirás miradas de aprobación desde el pasillo de los congelados hasta el del papel higiénico. Así son las cosas en los supermercados.
Pero lo más importante cuando uno decide visitar uno de estos sitios, es conocer dónde están. No es fácil en América, porque si preguntas por un Mercadona (o su sucursal palmillera "Metadona") te mandan fijo al carajo. Ni siquiera saben de la existencia del Día. Esto pasa porque en la television filtran mucho las noticias y reorientan la forma de consumir de la gente. Me cuentan que una vez intentaron abrir un Eroski en Dallas y la gente se tapaba los ojos al pasar por delante del escaparate. Y es que la manipulacion informativa siempre ha sido el handicap de ese país. De todas formas, tiene que haber sustitutos made in América, y los encontré: el SafeWay y el WalMart. Este último es como siete Carrefoures puestos en fila, y no vende aviones porque no le dejan. Quizá el mas entrañable sea el SafeWay, un poco más recogidillo pero igualmente enorme para el pobre desgraciado español que tiene que leerse todas las marcas de los estantes, ya que lo único que reconoce de primeras son las Coca-colas.
Porque, eso sí, porquerías de todos tipos y colores, pero una sección donde te corten un trozo de queso el Cigarral y un cuarto de salami, ni de coña. La seccion de donuts es equivalente, en tamaño, a la de Jamones que hay en el Eroski. Y es que si no pueden poner patas de marrano en los estantes (otra cosa que esta muy mal vista allí), pues tira de azucar y colesterol, que como crea adicción, pues ya volverán a por más, ya.
No hay mas historia: al principio uno se pierde buscando las pizzas Tarradellas. Desconfiad de vuestro instinto, nunca aparecerán!! Lo mejor en estos casos es seguir a un tipo que esté comprando e imitar lo que va echando en el cesto. La técnica del "mimetismo" es, por ejemplo, la que siguen los niños chicos cuando ven a su padre limpiando la escopeta de caza, pero aquí hay menos riesgos. Si conseguimos pasar desapercibidos lo suficiente para que no nos echen del garito, al final obtendremos una auténtica y genuina compra yanki, donde no puede faltar: la mantequilla de cacahuete, que al principio parece Nocilla, pero media rebanada de pan con ésto equivale a comerse kilo y medio de avellanas tostadas (a los americanos les da igual porque no entienden la nocion de kilo); los cereales de siete mil colores (yo por si acaso aparto los que son de color azul y los echo al water, a ver si lo desinfectan); la coca cola de vainilla (buena, por cierto!) y las "barbeque beef ribs", que es algo muy ligero y que te da el estimulo necesario para permanecer en el sofá quince horas seguidas viendo cable tv.
Dónde esta la fruta, alguien preguntará? Pues en el campo!. Bueno, si es cierto que la sección de hortalizas y demás está muy completa, pero a qué precios!! Si alguien paga con las manos en alto en el Carrefour (por pensar que lo atracan, vamos) aquí habría que llamar a la policía directamente. Cuando me enteré de los precios por pound (menos de medio kilo), me fui directamente a por danones para el postre. Bueno, luego di marcha atras, pero no por arrepentimiento, sino porque había que pasar otra vez por allí para llegar a la sección de lácteos. Qué ruína!!
Después de todo, tuve suerte. Cerca de mi casa había un auténtico Supermercado mejicano (que además se llamaba así, no lo he traducido). Cuando aprendí a evitar los guacamoles y la pasta para burritos, uno descubría que la fruta es mas barata, que el aceite sigue siendo de maíz (me ponen "de colza" en la etiqueta y me quedo igual) y que la dependienta te explicaba cuánto le debías en español. Esto último es importantísimo, porque los primeros días me hacía un picatoste del quince con las monedas, que allí NO TIENEN NÚMEROS!!!, y terminaba extendiendo la mano con un puñado de chatarra para que se sirvieran ellos mismos. Alguna vez llegué a pensar que iba a salir en Videos de primera (american funniest home videos).
Y digo que he tuve suerte porque es posible que algunos tengan que coger un transporte público para la vitualla. A mi me gustaban los trenes. Por ejemplo, el que te llevaba a San Francisco estaba lleno siempre de chinos durmiendo (da igual a la hora a la que fueras), y cada vagón tenía dos plantas, aunque la de arriba solo con asientos en los laterales, y un hueco en el centro que comunicaba con la planta de abajo, que es por donde atravesaba el revisor pidiendo los billetes. Tuvo que haber pasado algo feo, porque a mi me llegaron a pedir el ticket hasta tres revisores distintos en el mismo viaje. Se ve que no se hablaban entre ellos y, claro, así nos luce el pelo. Lo peor es para los chinos que, cuando cogían otra vez el sueño, venía otro revisor a pedirle la cartulina. A lo mejor era una estrategia a corto plazo para evitar que la peña dormitase tan exageradamente. Algunos abrían tanto la boca que daban ganas de utilizarlas como cenicero y dejarles el cigarro apoyado en el labio. La compañia tenía previsto ese problema, por supuesto, y no dejaban fumar en los vagones. Ríete de lo que se les escape a los americanos!
Pero no todo iba a ser bueno en los trenes: enterarte de cual era la siguiente estación era toda una aventura. Supongamos que existe una parada en "Los Gatos", (no sé que relación tendrá ésto con "El Zorro", pero si es lo que me imagino, existieron unos justicieros con mucho bigote en esta antigua ciudad colona Española). Bueno, uno veía escrito el nombre y lo decía bien clarito: "gatos", de los que hacen miau. Si escuchabas el aviso, oías algo así como: "las geros". Las geros, las grecas, para mi hay poca diferencia!!La primera vez, cualquiera puede pensar que te vas a bajar en un guetto lleno de raperos!! Así que a mi me pasaba como con Fuengirola, que a Los Gatos iba a ir su p*ta madre.