QUE RUINA SPORTS(II): ¡FORMULA FARRUCA!

Madre mía, ¡qué hartura! De un tiempo a esta parte, hace cosa de cuatro o cinco años, los españoles o autonómicos de España(me refiero a todo aquel que reside en el territorio) sufrimos un bombardeo incesante y cansino a cerca de una competición englobada en la categoría de actividades deportivas cuando se trata de lo menos deportivo que uno se puede encontrar. El deporte en sí se trata de una actividad física saludable que además fomenta unos valores de participación y compañerismo, juego limpio, respeto a las normas y al rival pero eso... andé se ve en la Formula Farruca?

Estamos de acuerdo en que el deporte cuando alcanza un grado de profesionalismo y tecnificación deja de ser eso y se convierte en un espectáculo, pero siempre queda algo de ese espíritu. Yo sinceramente a las carreras de coches de la Formula 1, denominada por mí como Formula Farruca, no le veo ese espíritu por ningún sitio. Tengo entendido, y habla alguien que no tiene carné de conducir afortunadamente, que la conducción es una de las actividades más estresantes para el ser humano; es por esto que de entrada muy saludable no puede ser. Además ser conductor implica, por lo general, una cantidad de trampas y pirulas tanto al código de circulación como a los demás conductores con los que se comparte vía. También, como en la vida misma, estas competiciones implican la participación activa del gremio laboral de los mecánicos con el componente relacional negativo que siempre ha existido entre éstos y los conductores. ¡Sólo veo mal rollo!

Dicen que se trata de un gran espectáculo, pues yo lo pongo en duda. Recuerdo que hace cosa de cuatro años en un momento de debilidad(una mala tarde la tiene cualquiera, una buena no) vi el Gran Premio de Monaco(se llamará asín por un mono gigante?) en Montecarlo y allí no hubo ni un puto adelantamiento en pista, solo cuando ponían gasofa, ¡qué muermo! Para que luego digan que la Nascar americana es un rollo porque los circuitos son redondos, y la cantidad de adelantamientos qué hay y las hostiacas qué se pegan.

Además algo que para seguirlo te tienes que levantar a las 6 de la mañana un domingo, que uno no es capaz ni de madrugar para comprarle churros a la parienta, no debe ser muy sano, no. Así que no me extraña que uno se ponga de mala leche y quiera que se choque el que va primero porque perjudica a su piloto predilecto; y que berreé cuando esto sucede, yo también me pondría de mala virgen.

Es curioso lo que pasa aquí ya que hasta hace unos años la gente no le echaba cuentas a esta movida y entre que apareció un tal F(arruquito) Alonso(la alegría de la huerta), que las carreras las empezó a retrasmitir la cadena amiga(y te las telepromocionan una y otra vez) y que se encarga de narrarlas un calvo cabezón y pejigera(=pesao) pues que anda todo el mundo revolucionado. Ahora parece, porque no hay forma de evitar la movida en los medios, que el hispanoastur se está jugando el título en la última carrera con un negrillo(negro canijo) inglés, el Hamilton(supongo que será buen piloto) y parece ser que éste es malismo y le hace la puñeta al tal Alonso y la escudería que comparten está en su contra, también dicen por ahí que el Hamilton le pone las luces largas cuando va detrás de él; pero claro, esta es la versión de la prensa española que ya no recuerda que el año pasado el Alonso le montó un pollo a un mecánico porque le apretó mal una tuerca y por eso se salió en una carrera y decía que le tenían manía y el equipo estaba contra él, ¡vaya tela!, ¡qué lastima de muchacho! Y luego resulta que ganó el título.

Y ya con lo que me crujo es que ahora con todas las movidas de banderas, himnos y demás zarandajas es muy posible que si gana el campeonato nos comamos la rojigualda y el chundachunda hasta en la sopa, país de paradojas. Y si no se gana el título la peña ya dice de retirar los dineros del banco y darse de baja de la compañía de telefonía móvil que patrocinan a la escudería en cuestión, país de farrucos.

Pues nada que sea lo que la providencia quiera y que nadie se coja un berrinche por si no sucede lo que se desea. Yo, afortunadamente, a la hora de la carrera estaré camino del estadio Vicente Calderón para ver al Atleti. Lo sé, lo mío cada vez es menos deporte, es drogaaaaaaaaaaaaaaaaa y ¡no quiero quitarme! Ay qué dolor, ay qué dolor!, ay qué doloooooooooooooor!