Comemos bazofia! (1): la fauna que nos atiende
Amigos de Qué Ruina!, no sé si la indignación que tengo hoy proviene de la lectura de esta noticia: "64 ingresados por comer arroz con serpiente", o por caer en la cuenta que estamos acostumbrados a comer mierda diariamente, como algo normal. Pues sí, resulta que en Nueva Delhi se les coló una serpiente cuando hacían el sofrito y nadie se dio cuenta. Le echaron unas tacillas de arroz por encima y ¡ala!, to pa dentro, que así tiene más sustancia.
Lo de los comedores no tiene nombre. Yo tengo la desgracia de comer en el de mi facultad muy a menudo. La culpa es mía, lo sé, pero hay muy buena compañía (esos electrónicos buenos!) y se ahorra uno unas pelillas que vienen de escándalo para los caprichillos mensuales. Ahora bien, el elenco de gentes del inframundo que nos atiende se escapa de cualquier descripción posible. Teniamos a uno al que bautizamos como el "dime-con-qué". Era un chuleta que te trataba con cierto desprecio cuando te llegaba el turno. Pero lo más freak era que siempre, siempre, preguntaba lo mismo. El protocolo consistía en que él te miraba y te decía: "dime". Tú tenías que responder el nombre del plato o, como mucho, indicarlo con el dedo. Ojo, si respondías algo fuera de ésto volvías al principio, sin pasar por la salida ni cobrar 20.000. Ejemplo mal dicho: ->"Dime", <-"quiero lo mismo que el de antes", ->"Dime"... y así hasta el infinito. El "con qué?" iba siempre a continuación, asociado a la guarnición, siempre la misma: patatas muy fritas pero totalmente heladas, verdurilla o más papas, a lo pobre (del que se las come, claro).
Luego tuvimos a un personaje que recogía las bandejas y duró poco. El pobrecillo iba un poco p'allá, y tenía unas ideas escalofriantes sobre el sexo seguro, que da para otro artículo. El momento más bizarro fue cuando nos confesó todo emocionado que iba a salir en la tele, porque le habían hecho una encuesta sobre preservativos. Sus respuestas parecían incoherentes, pero más fuerte fue que luego iba preguntando si alguien había visto la emisión ¡porque él estaba con unas "periquitas" esa noche y se le fue la cabeza!!!!
Qué grande! Otro día apareció con un rajón que le atravesaba toda la cara. Como no, le dieron una caricia con una navaja. Confesó que tuvo que defender a su novia. Pues ala, ya no te compres hucha, que por el agujero te caben billetes de 500 euros. Después de eso se retiró para siempre...
Todo eso respecto al personal, pero en cuanto a la comida... uff. Da para nuevos artículos de esta sección. A Elena le dio una gastroenteritis de caballo hace poco con un plato de atún... Cuando llega el viernes hay popurrí de todas las sobras de la semana. Hablando de sobras, los primeros platos son siempre sospechosos de reutilizar mugre anterior: ensalada de pasta, el sempiterno revuelto de patatas... Ayyyyy, que desgracia!!!! No me extraña que la gente cada vez tire más de tarteras y fiambreras. Pero esa es otra historia, que será contada en otra ocasión...
5 Chismorreos varios:
Cuanta razón llevas¡¡ Y luego nos quejamos de los garitos de comida rapida, de los "orientales" o de los donner kebap... todo esto es gloria bendita comparado con esos comedores universitarios.
A ver si cuenta Elena lo que le pasó el otro día. Qué vergüenza! Pa empapelarlos.
Dime!...
...con qué?!
Quizá no sea consciente el lector (y el autor) de la precisión con la que se ha descrito la realidad, como muestra... un botón, o como decía "el malaguita" de Torrente (imitación quasi-perfecta del menda de la hucha en la cara) "¡demostración...!":
BAZOFIA (RAE):
1. Mezcla de heces, sobras o desechos de comida.
2. Cosa soez, sucia y despreciable.
3. Comida poco apetitosa.
Y no solo eso, la la misma fuente nos permite ponerle más hierro al asunto:
COMER (RAE):
1. Masticar y desmenuzar el alimento en la boca y pasarlo al estómago.
2. Tomar alimento.
3. Tomar la comida principal del día.
Dicho de otra forma, queridos amigos, nos dedicamos a masticar y desmenuzar esa mezcla de heces, sobras o desechos de comidad, y además, pagamos por ello la cantidad de 4€ (más bonitos que un sol).
Para esto el diccionario también tiene una entrada:
COMER Y CALLAR (RAE). Expr. U. para dar a entender que a quien está a expensas de otro le conviene obedecer y no replicar.
En nuestro caso, sería más propio COMER, CALLAR Y PAGAR, o dicho de otro modo: "¡NO OS QUEJEIS TANTO GANDULES, A TRABAJAR Y A LEVANTAR EL PAIS, COÑO! (encima que os dejamos tiempo para comer...)"
La sección de Hosteleria y restauración ha quedado inaugurada.
Quien no ha comido en un infecto comedor que llaman escolar y que hace entender perfectamente la frase de "lo que no mata engorda".
Por una extraña conjunción de astros y laboral, me ví obligado durante un mes a realizar una gira por las facultades de arquitectura de Pamplona, Valencia, Granada, Valladolid y Madrid, pudiendo degustar como la variedad de menús se adaptaba a todo menos a "la dieta mediterranea". Eso sí la ensaladilla era mas o menos clonica de la que hacían en un bar de sociopatas(1) en el barrio de mis padres.
En Valencia de los 5 días que estuve- todos, es decir el 100% había paella como primero. Eso es un tópico bien cumplido.
En Granada el plato estrella era el bocadillo.
En Valladolid: la sopa de cocido se repitió en 4 días dos veces.
O sea que amigos en todas partes cuecen habas...pero en ninguna las ponen por que nunca pude comerlas.
(1)Bar de sociopatas.Aquel en el que te da la impresión de haber estado por los banderines del cub de futbol que decoran la grasienta pared. En aquel en el que los vasos son galácticos- con la vía lactea marcada a base de Nanas en las pareces y donde las cucharillas del café son las que empleaba Uri Geleer en sus espectaculos. Aquel bar donde una vez no nos pudieron poner la segunda ronda por que las existencias de vasos eran 10 y nosotros eramos 8. En fin ese sitio del que echamos pestes pero siempre acabamos.
El otro día intenté publicar algo sobre el tuna-affaire, pero se me borró todo el texto al intentar colgarlo. Como en los mejores tiempos de novatos, no había copiado antes la historia en un ficherito, así que aquí está otra vez escrita.
El caso es que, mientras que no hace demasiado calor en esta nuestra Málaga,soy bastante aficionada a mi tupper con CCA(*), pero, como decían en esa bonita sevillana, cuando llega Mayo,me va cambiando el ambiente. Vaya, que con el calorín que gastamos por estos lares, no me parece muy razonable salir de mi casa a las 8 de la mañana con lo que me voy a comer a las 2 de la tarde, y me toca tirar de nuestra bienamada cafetería...donde "insípido" es una virtud y "precocinado" una garantía. Así que un día llegué al buffet y vi que, entre las habituales ensaladas variadas, pastas 3 salsas y montañas de patatas fritas infames,había atún a la plancha. En un (aciago) momento de inspiración pensé que un atuncito a la plancha estaría bien para comer: no era porquería de fritoleo, pescado azul y sin ninguna cosa con mayonesa o derivados que pudiese albergar una familia de salmonelas con ganas de quedarse a vivir en mi interior. ¡Ay, quién me mandaría a mí! Aún no había terminado con el dichoso atuncito cuando ya me estaba empezando a doler el cuello y a notar un extraño calor en la cara. En fin, que una, que de natural es de un blanco pared la mar de mono, parecía un corte de nata y fresa de esos del Día, cara, cuello, orejas y medios brazos coloraos como tomates, posteriormente me puse toda temblona y con los ojos como si hubiese visto treinta veces seguidas todos los capítulos de Marco. Final de la historia: Elena en urgencias, con la dosis máxima de urbasón permitida en un pinchazo, pastillas y dieta chorra durante cinco días y un miedo cerval a todos los productos del mar que, antes de llegar a mí, tengan que pasar por cafetería.
Eso sí, las risas que nos echamos, no las cambio por nada.
(*) CCA: Comida Casera Autocontenida. Dicesé de albóndigas, croquetas, empanadas, pasteles y cualquier otra cosa comestible y cuantificable.
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