VIAJES QUÉ RUINA(II): NEW YORK, NEW YORK!

En estas fechas tan entrañables, mi circunstancia y yo decidimos marchar de vacaciones a los extranjeros, a otros les da por ser unos ultras de la Semana Santa(o sea, ir detrás de los pasos con fervor cuando se ha sido lo más golfo todo el año, vestirse de guapos el domingo de ramos, ponerse ciego de tapas el viernes santo saltándose la vigilia y un largo etcetera); dentro de unas horas me largo a Londres y Dublín donde espero ver muchas cosas, tirarme la foto en el paso de cebra de Abbey Road, ver algún museo, choppin´, ir al fútbol o al rugby y beber mucha cerveza; en definitiva, lo que más me gusta, hacer el ganso. Como me vuelvo a ir con mi amiga Carmen todavía puedo acabar en el calabozo de Scotland Yard, aunque espero que no. Ya os di el año pasado la brasa con mi viaje a Nueva York, pero como no acabé relatando el último día os doy la vara con lo que aconteció y de paso rescatamos alguna foto que no colgué(evidentemente no pondré en las que salgo mamao). También a los que se han incorporado más tarde os dejo la colección entera(Hollyweek in New York City Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Seis). Recordar es volver a vivir, eso dicen.

Día 8, Sábado 15 de abril de 2006. Después de trasnochar la noche anterior y esperando que los obreros locos nos despertarán con el martillo hidráulico antes de las 7:30, pues resulta que no, que allí el fin de semana no trabaja ni el gato. Nos levantamos a las 8 y con bulla ya que el avión se iba a las 17:30 y todavía nos quedaba por ver Wall Street además de darnos un último paseito por Broadway Av, el Soho y Canal Street para comprar las últimas tontunas. Eso sí, antes de salir, me peleé con la maleta porque no se cerraba, ¡qué lucha!

Tras localizar Wall Street, recorrer la zona y tirarnos fotos por ahí nos dimos un paseito por Broadway Av y volvimos a meternos en tiendas del ramo, de esas de Levi´s a 30€ al cambio y nada, pues cayeron solo 3 más otro que me encargaron y la compañera Carmen se dedicó a comprar bragas y tangas de Calvin Klein a toda las feminas de su familia, también barato-barato. Mientras estábamos pagando nos dimos cuenta que toda la lencería que había cogido Carmen era grande, así que fue un espectáculo gracioso cambiar cerca de 10-12 en la caja, encima del mostrador un esturreo de cajas y bragas que era dantesco, una risa. Al salir de allí me di cuenta que en la maleta no entraría todo lo que llevaba así que decidimos ir a Canal Street y comprar una nueva, después de dar muchas vueltas y recorrerme media Chinatown encontré una bien maja por solo 35€ y con todo eso ya eran casi las 2 así que de vuelta al Campamento base para hacer nuevamente la maleta, la vieja que estaba ya cascada allí se quedó, así que hasta me vino bien. Abajo valla publicitaria en la zona del Soho, como siempre chiquitico todo.

Cuando salimos del hostal eran cerca de las 3, la intención era la de coger el metro para llegar al aeropuerto pero la distancia era larga y no me fiaba de llegar a tiempo, tuve un debate con el recepcionista del hostal y no me fiaba de la indicación que me daba(me llamó cabezón en guiri), así que cuando salimos a la calle paré un taxi y al aeropuerto. Era un entrañable negrillo que nos llevo a través del puente de Manhattan atravesando el barrio de Queens que era el que nos faltaba por ver, por allí se veía mucho cementerio y las instalaciones de Flushing Meadow(que es donde se juega el Open Usa de tenis, mú bonico), la verdad es que el viaje se nos hizo bastante rápido.Embarcamos también bastante lígero y para entrar a la zona de tránsito hubo que descalzarse para pasar el control, poca cosa comparado con algún moruno al que le hicieron un registro más exhaustivo, allí la gente está muy histérica y no sé anda con tontunas. El viaje de vuelta con la Luftansa mal porque solo dormí una hora de las 9 que dura el viaje, pero muy cómodo y la comida buena, el whisky con hielo después de la comí me supo a gloria. En la foto el edificio Dakota, que fue donde vivió John Lennon y fue en su portal donde le mataron, al fondo Central Park.

Al llegar a Frankfurt para coger el enlace la situación era desastrosa, el aeropuerto estaba patas arriba por las obras, recordemos que el verano pasado se jugaba el mundial de furbó en Alemania(el del OPÁ, qué habrá sido del Koala); además había un olor nauseabundo en todas las salas, no tenía ni idea de que era hasta que comprendí que se trataba de olor a pies de la gente que se habían quitado los zapatos a mansalva o por la gente que también duerme allí. Solo tuvimos que esperar una hora para coger el vuelo a Madrid, yo estaba machacao y tuve la mala suerte que a mi lado en el avión se sentó una china mari nervios(que se movía más que los precios, así treinteañera) que no paró quieta ni un minuto en la butaca, revolviendo el bolso, comiendo, maquillándose, dándole tabardillos, pegándole voces a los padres y a su hermano,...una locura, no hubo forma de dormir ni de relajarse, un vuelo horroroso.

Llegamos a Barajas sobre las 10 de la mañana el camino a casa fue dificultoso para manejar la maleta y el bolso de mano por el metro y la calle. Cuando llegué estuve más de una hora excitao con todas las cosas que compré y después de eso me fui a la cama, dormí cerca de 5 horas y al fútbol donde estuve medio zombie hasta que la cosa se puso caliente. Ni que decir tiene que esa noche solo dormí una hora por el puto jet-lag, puedo afirmar que existe y que no es ninguna invención. Al día siguiente, a las 2 de la tarde me tuve que ir a mi casa ya que estaba lamiendo colillas en el curro y no recuperé el sueño hasta el jueves noche(es decir que pasé cuatro noches de horror).

Resumiendo, a pesar del sablazo que le di a la tarjeta de crédito y el cansancio acumulao, el viaje mereció la pena(arriba la calle 42 con la 6th av); Nueva York es de puta madre. Como diría el tío Frankie:

It´s up to yooooooooooou New York, Newwwwwwwwwwwwww Yooooooooooooooooooooooooooooooooooooooorkk!