LA SAGA "DEPORTES DE AVENTURA" CONTINÚA.
Así es. Ya que estamos en la semana Qué Ruina! de la hostelería, tengo que decir que desde hace luengos años tengo a bien/mal comer muchos días en la cafetería de mi facultad. Esto tiene cosas detalles de calidad indiscutible y otros, sobre todo relacionados con la comida que no tienen gracia ninguna.
Si os digo que el precio de un menú es 4,20... a los madrileños seguro que les inspira poca confianza. Bueno, es un precio unificado en las cafeterías de la UMA, y según en qué sitio caigas (pabellón de deportes, turismo, medicina) se come mejor que en otros. El estándar malagueño de menú del día es 7 leuros ¡¡cada vez más cerca de la capital, amigos!!
De lo bueno te quedas con que echas un rato chulo con la gente, no se habla de trabajo (vale, hay gente que no lo tiene aún, pero aunque no lo fuera es algo que se respeta), se juega al mús y te echas unas risas relajadas, puesto que no está el camarero malafollá de turno pendiente para que dejes libre la mesa. En resumidas cuentas, comes tranquilo y agusto.
Ahora bien, ¡qué comes!. Eso eso es otro hablar. Los menús son repetitivos hasta el infinito. Algunos colegas se traen la comida de casa, otros nos solemos pedir un plato único en vez de menú y así da la sensación de que aumentas la distancia entre repeticiones de manduca. Sobre grasa e intuición de que lo que sobra de un día va para el siguiente, pero "disfrazado", no hay discusión ninguna. Ejemplo:
-guarnición patatas fritas (siempre, 2º plato)-> día siguiente: revuelto de patatas con huevo y jamón
-pasta (siempre, 1er plato)-> día siguiente: ensalada de pasta
-fruta del tiempo (siempre, postre)-> día siguiente: macedonia
... (Dejo a los lectores completar esta lista en la sección de comentarios)
Por otra parte, no sé si he hablado alguna vez en este blog de la nueva estirpe que opta a los trabajos de camarero de bar de la facultad. Podrían considerarse como "suplemento por performance artística" en el precio del menú. Son chavales/as que, no sé porqué, o son muuuuuy torpes o son unos chuleras. ¡Claro, como los clientes son estudiantes, pues que revienten! A ver si viene la rectora y tienen cojones de tratarla como pasa algunas veces. Siempre hay truco, porque si alguna vez se coscan de que tú eres profe (ya sé que no lo aparento sin bata), ya el trato cambia. ¡Pero coño, que yo no quiero favoritismos! Si es que hay que tratar a to el mundo con amabilidad, que estamos en la época del talante!!
En fin, a algunos les quedará ya lejos este mundillo, y a otros a lo mejor les doy ideas para ir a los comedores universitarios a ponerse púos. Porque eso sí, tralla y espectáculo garantizados. Vais avisados.