martes, noviembre 25, 2008

MIS GAÑOTES FAVORITOS(III): FIESTACA GLENFIDDICH CADA AÑO CUENTA!


Me repito más que un Kebab, pero si digo que llevo una mala vida es que la llevo fresca. Por el día de curro hasta las cejas y por la noche más curro en las plantaciones tomateras y de vida disoluta y gambitera. ¿Quién dijo stress y crisis?

El pasado jueves 20 de noviembre, fecha entrañable y carismática para algunos no para mí, se celebró el gañotazo del año. Esa noche tuvo a bien la marca de whisky Glenfiddich celebrar una fiestaca por todo lo alto para promocionar su campaña de marketing Cada Año Cuenta por la que se han entregado una serie de becas económicas(entre 1000 y 3000 euracos para realizar cursos o experiencias) a través de cupones y sorteo ante notario; mi especialidad. Como ya escribí aquí hace unos meses fui agraciado con una beca de 3000 euracos que se invirtieron en un unas vacaciones de tres semanas en Dublín con la excusa de realizar un curso intensivo de inglés.


La movida era a las 9pm en el Teatro Teatrix, en plena zona de pijerío de Serrano de aquí de Madrí, hay que decir que el garito está bastante bien y eso que ponga fiesta privada en la puerta como que mola. Me citaron pronto a eso de las 8:30 pm al ser uno de los ganadores de los premios importantes. Esto iba un poco en plan Gala, la presentaba el actor Eduardo Aldán(Caiga quién Caiga, Espinete no existe) que hay que decir que el tío es bastante majo. La secuencia era que primero presentaban la campaña, luego nos iba a hacer una entrevista a los ganadores tipo coleguitas en una barra de bar, después el cóctel y la copa de vino quién quisiera vino, la barra libre, un rollo de tango, después se iban a mostrar unos montajes fotográficos con fotos que les habíamos mandado de nuestras experiencias y final de discoteca hasta las 1:30 que nos echaron. Eso sí, detallazo de Silvia, creo que se llamaba así de la organización, que nos guardó las dos últimas bolsas de regalos de la casa.

En las entrevistas la cosa bien ya que Eduardo Aldán es graciosote y lo hizo ágil. Primero fueron los del grupo de fotografía donde había un extremeño bastante majo, otro vasco sosaínas y un catalán cuarentón largo bastante pijo y pedante. Luego fuimos los de la experiencia libre; el gran Vicente casi sesentón haciendo escalada(qué tío más grande), Miquel un donostiarra paraillo que iba a hacer un curso de diseño gráfico y aquí el menda que vino a decir que a Dublín ya se fue con algo de inglés puesto de casa y que me había pegado unas vacaciones tremendas(a la gente le hizo gracia, ya ves tú). Acabaron un sevillí “grasioso mi arma” y uno de Madrid que había hecho un curso de cocina de 12 horas y que se le había llevado todo el importe de la beca(2300 quitando el IVA). Detallazo de la organización que al que era de fuera de Madrid le pagaban avión o tren Ave y noche en hotelazo.


El cóctel bien, pero como pasa siempre en este tipo de cosas la gente ataca las bandejas como una jauría de hienas hambrientas, además a estos eventos hay que ir poco comío para hartarse hasta reventar, ley de gañote. Resumen de carta: Canapes de Jamón, Crema de Carpaccio, Relleno de queso y pistacho, Queso con membrillo, Hamburguesas minis(pincho homenaje al Zeus), Gambas con gabardina(homenaje al Stop), Adobo y Frituras varias, etc…Para rematar macedonia en cucharilla y pastelitos de chocolate. Todo esto regado con cerveza, vinaco del bueno y Glenfiddich 12, 15 y 18 años. Yo como empecé la entrevista con un Glenfiddich de 15 años pues ya no baje de ahí. Así que entre que no comí mucho y que el whisky bueno con hielo me pierde, me cogí un melocotón de los que hacen afición. El Antonio que fue el que se vino conmigo desde el principio se retiró prudentemente a las 12 bien, los otros dos crápulas que consiguieron el pase por su cuenta acabaron muy perjudicados, una de ellos con vomitona doméstica y el otro derrotao pero sin volcar. Aquí el que suscribe se puso muy malito y también hecho los kirios de mala manera más tarde.


A la mañana siguiente aparecí a las 10am en el curro con un color lechoso y una empanada mental que no me enteraba de nada. ¡Horroroso! Pero bueno, que lo pagué con creces ya que tuve sesión tomatera hasta las 10 de la noche, si cuando yo digo que lo mío es mala vida.... Tengo que decir que la camisa que llevaba(me he puesto camisa cuatro días este año, lo tengo contao) salió impoluta, no fue así el abrigo bueno que tuvo que pasar por el tinte tras decirle a la dependienta que un amigo impresentable me había “depositado encima”. Ante todo dignidad. Además se hizo un lío y la prenda me salió gratis, vivan las tarjeticas y los sellos del “pressto”.

Acabo ya, muy buena fiesta, muy buen whisky, muchas risa y la barra libre que es lo que tiene. Eso sí, ¡Glenfiddich a muerte! ¿Cuándo es la próxima?


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viernes, noviembre 07, 2008

GAÑANERÍA ATLETICA(X): ¡LIVERPOOL, DEJA VÙ!



Yonkis de qué Ruina, yo os saludo tras el octubre perruno que he pasado, que pa mí se queda …, desde que el 6 de octubre me dedico al negocio de los tomates es que no me da la vida, oye … Pero no os voy a hablar de tristezas varias, no, eso lo dejamos para otro día si diera lugar. El mes pasado cerraba el Qué Ruina hablando del Atleti y del regreso de la Champions League al Estadio Vicente Calderón contra el Marsella, hay que ver la que se lió por allí y yo no estaba pa verlo. Luego vino el Liverpool en el partido de ida y empatamos a 1, pero el pasado martes 4 se jugaba la vuelta y yo estuve allí, en el mítico Anfield. Venga que os lo voy a contar.

Todo empezó el pasado martes 4 a las 3:45am cuando me levanté para un gran día. Desayuné, me afeité, me duché y preparé el ato(mochila, bufanda, camiseta, etc) para salir zumbando que a las 5 me recogían para ir a Barajas. A las 5:30 había que estar allí para organizarnos y recoger la tarjeta de embarque y la entrada al estadio, que luego nos las dieron pasadas las 6:30. Allí nos encontramos parte de la Peña La Petaca Atlética: Pilar, Yo mismo, Carl(que ya lo tenemos integrao) y nuevos compañeros de viaje como Luís y los Guillermos(padre e hijo), ¡qué bien qué nos lo pasemos! Eso sí, Pablo no fue a Anfield, que conste en acta. A esa hora había algo más de 2500 personas haciendo cola y el idiota para salir en las noticias de las 3, qué hay gente pa tó. Allí también estaban como 300 acólitos de Lázaro Carreter(el Frente Atlético).

El vuelo de ida bien, salió con poco retraso y al aeropuerto John Lennon de Liverpool llegamos a una hora prudente, eso sí el avión aterrizó de barrigazo. En un microbús pequeñito de 14 plazas nos metimos como pudimos y para la ciudad, por cierto que el aeropuerto está a tomar viento. A eso de las 11 ya estábamos en Anfield y monté la expedición mitómana para ir a The Cavern(Mathew Street) a hacernos fotos y beber unas pintacas, qué me gusta el vaso de pinta. Como muchos ya sabéis The Cavern es el mítico club donde los famosísimos The Beatles empezaron a dar guitarrazos y hacer el ye-yé en los años de Carracuca. A mí me encantó y lo mejor fue que llegamos los primeros a tomarnos la primera pinta y pudimos recorrer tranquilamente el local, a los veinte minutos eso estaba lleno de gañanes del Atleti. Por allí aguantamos una hora larga escuchando buena música y bebiendo buena cerveza, qué de eso también se trataba, después paseíto por la ciudad.



La verdad sea dicha la ciudad de Liverpool es un rato fea, este año es Capital de la Cultura en Europa para darle algo de brillico, pero allí lo que vende es el furbó, las cuatro catedrales y los ye-yes. Poco más. Tras la vuelta nos fuimos a buscar un restaurante en condiciones, Il Forno en Duke Street 132 es un restaurante italiano donde se puede comer bastante bien y no resulta muy caro(según las guías de viaje de los 10 mejores italianos en Gran Bretaña). Tras una buena comida y sobremesa a recorrer las tiendas del centro de la ciudad y a comprar chuminás(yo me pille el último cd de los Kaiser Chiefs y una edición especial del primero de Franz Ferdinand barato, barato, olé).



Esto que habéis visto arriba es un ejemplo de la chusma minoritaria que también habita dentro del Atleti. Cogimos un bus desde el centro de la ciudad al estadio y allí teníamos a cerca de doce energumenos haciendo el bárbaro, fumando dentro en el autobús, poniéndose ciegos de whisky, otro meando en un vaso y tirándolo por la ventanilla…vamos, que yo pensé que en una curva el autobusero tiraba para la comisaría más cercana. Lo único positivo que saqué fue una coplilla del Frente Atlético que no conocía, dice así: Guti, Guti, Guti, no seas bobooooo; qué no se llama Bibí, qué se llama Manolooooooo(en referencia a cuando Guti se lió con Bibi Andersen, o Fernández que se llama ahora). Hay que ver qué de coplillas graciosas tiene Guti entre los atléticos, dan mucha risa.

Al estadio llegamos con hora y media de adelanto, justo cuando Fernando Torres llegaba con su chuky, entró por una puerta cerca de nosotros y todo el los atléticos jaleándolo salvo uno que estaba a mí lado, no fui yo, qué le llamó “vikingo” por eso de verle como un traidor. Entramos sin muchos problemas, esta vez ni intentamos meter petaca(en Valladolid la colamos) que creo que no la hubieran detectado, nada como parecer una buena persona para que te registren poco. A los Académicos de la Lengua del Frente Atlético les confiscaron los bombos y así no dieron por saco, gracias. En el fondo Anfield Road nos colocaron y la visión era buena al estar en una fila alta, aunque el campo es una lata de sardinas e incómodo como pocos(el cuernabeú por ejemplo). Eso sí, el partido hubo que verlo de pie porque el personal no se sentaba.

Durante el calentamiento ya se sentía a la hinchada atlética caliente, gritos contra Aguirre por no colocar de titular al Kun Agüero y por el planteamiento defensivo que se preveía. Allí en el fondo todos estábamos muy cantarines y de hecho la mayor parte del partido solo se nos oía a los Atléticos. Canticos por Luis Aragonés, por Guti, por Fernado Torres, y después de que la hinchada red cantará “You never walk alone”(he visto el video de antena 3 y en un plano me tapa una bufanda) el himno atlético retumbó en Anfield y mucha más bulla y cachondeo contra Platini. Comienza el partido y el Atleti atras conteniendo el juego, pero cuando en el minuto 37 el Atleti se adelanta con gol de Maxi(gran control y pase de Antonio López) se desata la locura, ¡qué catarsis, madre! En mi vida me dio un yuyaco como el que me dio en ese momento, qué alegría, qué abrazos, qué amistá, ¡qué grande!




En el descanso no nos lo podíamos creer, porque el caso es que el Atleti estaba amarrategui y tampoco merecía mucho pero a veces, aunque ese estilo no nos guste a los atléticos, vale para ganar y allí nos jugábamos mucho. Tal era la tensión que uno del grupo se piró del estadio y se fue para el aeropuerto, esas cosas pasan. Ya en el segundo tiempo tensión a tope porque Aguirre, que es el entrenador más cagón del mundo, tiró al equipo atrás y nos pudieron caer 4 goles, pero ese día la suerte, por una vez, parecía estar del lado del Atleti porque por mucho que lo intentara el Liverpool ni de coña nos marcaría.

Un campo y un rival histórico y grande de Europa iba a contemplar un triunfo del glorioso Atlético de Madrid, pero…pasó lo que tenía que pasar. Cuando el árbitro dio 4 minutos de alargue nos temimos lo peor, y justo en el último minuto un salto raro entre Pernía(qué tonto es este tío) y Gerrard acaba en piscinazo del atacante y el línea que levanta la bandera y se mete dentro del campo. A dónde vas tío mierda, que se ha tirao..que se ha visto claramente aunque esté en el fondo contrario; y el patán del árbitro que pita penalty. Dios, ¿quién me pone la pierna encima para qué no levante cabeza?, ¿quién? ¡Esto es verguenza!. Se lanza el penalty y gol del Liverpool. Empate a 1 con sabor a derrota, ¡cómo siempre! Esto ya lo he vivido como diez o quince veces, ¡es un deja vù en los liverpooles! Tras esto los gritos de Puta Platini, Puta Platini no se hicieron esperar y llegó el final del partido. El personal con la cara larga y alé para el aeropuerto que quedaba lo peor, y todos con el pensamiento de “señor policía que me han robao”.

Por suerte o por desgracia llegamos poco después de las 23:30 al aeropuerto para recoger la tarjeta de embarque que ya teníamos reservada, luego nos colamos la fila rápida para entrar en los cacheos previo pago de 3 libras(mereció la pena), a las 00:15 ya estábamos montados en el avión, pero solo 20 personas. Así que hasta que no se llenó del todo no salimos y eso fue a las 2 de la mañana y con la puerta del avión abierta, esa puertaaaaaa. Llegamos pasadas las 5 a Barajas con el consiguiente cabreo por la hora y pico de retraso que trajo el vuelo, al llegar a casa casi a las 6 me dio una arcada por toda la tensión acumulada del partido y del viaje. A eso de las 8:45 sonó el despertador para irme a currar y creí morir. Entraba por la puerta de mi puesto de tomates a las 9:45 y ya tenía gente que quería llevarse un saco. A las 14:30 a salir corriendo como los locos para irme a casa a dormir.

Todo el mundo que se cruzaba conmigo me daba ánimos y diciendo que había sido un robo, y yo jurando que en la vida volvería a viajar a Europa a ver un partido. Bueno, reconozco que ya se me ha pasado y que estoy deseando volver a repetir la experiencia, pero en Marsella va a ser que no…, que no van a repartir caramelitos precisamente. La experiencia fue muy grande, cómo callamos a Anfield y a sus farrucos seguidores. Ya os digo, tres días después todo se ve mucho mejor aunque da coraje.

Por cierto, gracias Juve, grande Del Piero. ¡Ahora lo valoro más!


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